Un fuerte remezón político provocaron las declaraciones de la diputada y senadora electa Camila Flores, quien reveló que se encuentra evaluando su continuidad en Renovación Nacional (RN) tras el negativo desempeño electoral del partido. En entrevista con La Segunda, la legisladora no suavizó sus palabras al analizar los resultados, reconociendo que el balance fue derechamente “muy malo, pésimo” para la colectividad.
Más allá de lo político, Flores también expuso el costo personal que ha tenido su carrera parlamentaria, especialmente en su rol como madre. “No es fácil ser mamá y dedicarse a la política”, aseguró, detallando que durante la campaña en la Región de Valparaíso debía salir temprano de casa y regresar cuando su hija de tres años ya estaba dormida, situación que describió como especialmente dolorosa y desgastante.
En el ámbito presidencial, la parlamentaria fue crítica con la estrategia de Chile Vamos, apuntando a una campaña deficiente que terminó dejando al sector en una posición muy debilitada. “Claramente no fue una buena campaña, quedamos como quinta opción”, indicó, añadiendo que hubo errores compartidos entre los partidos y el comando, por lo que recalcó la necesidad de hacer una profunda “catarsis política” tras la segunda vuelta.
Finalmente, Flores cuestionó el foco que adoptó el sector durante la competencia electoral, asegurando que se apuntó al adversario equivocado. “Nuestro rival nunca fue Kast ni Kaiser, fue Jeannette Jara”, señaló, criticando las disputas internas que, a su juicio, terminaron dañando aún más la candidatura del bloque. En ese contexto, reconoció sentirse cada vez más alejada de RN, particularmente desde el plebiscito de entrada del primer proceso constituyente, episodio que —según dijo— marcó un quiebre con la dirección del partido y empujó la salida de numerosos militantes.